Shindo Muso Moriseki-ryu Jujutsu

Shindo Muso Moriseki-ryu Jujutsu

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Shindō Musō Moriseki-ryū Jūjutsu. Escuela de Sensei Benito Guerra Ramírez, Hanshi Moriseki-ryu Jujuts

Funcionando como de costumbre

Photos from Shindo Muso Moriseki-ryu Jujutsu's post 07/05/2023

Shindo Muso Moriseki Ryu en acción. 🙏🙏🙏

27/01/2023
Photos from Shindo Muso Moriseki-ryu Jujutsu's post 30/10/2022

7 Virtudes del Bushidō

GI (integridad, rectitud)
REI (respeto)
YU (coraje heroico)
MEIYO (honor)
JIN (benevolencia, compasión)
MAKOTO (honestidad, sinceridad)
CHU (lealtad, deber)

Photos from Shindo Muso Moriseki-ryu Jujutsu's post 30/10/2022

A razón de la insistencia de algunos en reescribir la historia del judo y el
jujitsu cubanos, reposteo estas interrogantes simples ya expuestas en una reflexión anterior:

- Introducir: Hacer adoptar, poner en uso.

- Fundar: Instituir, instaurar, erigir, organizar, fundamentar, alzar, construir.

- Legado: Lo que se deja o transmite.

¿Dónde está el legado de Mitsuyo Maeda en Cuba? ¿Dónde están sus escuelas, sus discípulos, su programa de estudio?

Kyoshi Benito Guerra (8vo dan), Shihan

Interrogantes: De vuelta a la Historia

El Gran Maestro Mitsuyo Maeda fue un excelente artista marcial y promotor del Judo Kodokan. Su desempeño como luchador profesional bajo el nombre de "El conde Koma" le trajo una merecida reputación en los Estados Unidos a donde viajó a solicitud de la "Academia Naval de EE.UU" para continuar la enseñanza del judo introducida por Yamash*ta Yosh*tsugu. Maeda hizo demostraciones de su arte y combatió profesionalmente en Estados Unidos, México, Cuba, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Argentina y Chile antes de radicarse definitivamente en Brasil. Su legado establecido es la introducción del judo ne waza de la escuela kosen en Brasil a través de los hermanos Gracie, por lo que merecidamente se le considera como el padre del jujitsu brasileño (BJJ).

Esta es la historia conocida y aceptada por historiadores de las artes marciales, y es en este periplo -en el cuál no fundó escuela- que visita La Habana en varias ocasiones haciendo demostraciones y aceptando enfrentamientos mixtos (contra luchadores, boxeadores, etc) desde 1908 hasta 1915, cuando viaja a Brasil donde se radica definitivamente en 1917 en la ciudad de Belén y abre su primera academia.

Según la biografía de Nori Bunasawa y John Murray, El hombre más duro que jamás vivió, en 1912 Maeda viaja a La Habana junto a Soichiro Satake, Akitaro Ono y Tokoguro Ito y realiza demostraciones y enfrentamientos en el Centro Asturiano y el Teatro Payret como parte del espectáculo del Circo Pubillones. Gracias a los resultados de estos eventos, casi todos ganados por los japoneses, los cuatro artistas marciales fueron conocidos como "Los cuatro reyes de Cuba" y sus enfrentamientos ayudaron a popularizar el Judo Kodokan, razón por la cuál le fue otorgado el 5to dan al sensei Maeda por el Instituto Kodokan en 1912 a pesar de que algunos criticaban sus combates (las peleas por dinero) no autorizados por Kano.

Efectivamente, podemos afirmar entonces que es con Maeda como se populariza el arte en los circuitos de la lucha profesional a principios de siglo en Cuba pero no es hasta la llegada del judoka soviético-belga Andrés Kolychkine Thompson en 1951 que se introduce oficialmente el judo de forma organizada y sistemática a nivel nacional, con la implementación del programa oficial de la Federación Internacional de Judo, la asesoría de maestros europeos y japoneses, la realización de evaluaciones y competencias y la fundación de la Federación Cubana de Judo y Jujitsu "Club Habana".

Había judo en Cuba a la llegada de Kolychkine, había jujitsu (ya se encontraba en el país nuestro sensei y padre del jujitsu cubano Shigetoshi Morita desde 1948), había kárate, existía la Asociación Nacional de Judo de Cuba, existía la Judanshankai y por haber, Carlos Bau registra hasta la presencia de Miichiro Shimazu, un samurai radicado en la Isla de la Juventud que murió a la edad de 109 años en el 1916. Todos estos hombres y asociaciones tienen el inmenso mérito de haber traído, mostrado y cultivado su cultura pero un Legado es la institución de un sistema de transmisión, un cuerpo que sistematiza el conocimiento; lo generaliza, lo controla y lo asesora.



Dos verbos, un sustantivo y muchas preguntas

Introducir: Hacer adoptar, poner en uso.

Fundar: Instituir, instaurar, erigir, organizar, fundamentar, alzar, construir.

Legado: Lo que se deja o transmite.

¿Dónde está el legado de Mitsuyo Maeda en Cuba? ¿Dónde están sus escuelas, sus discípulos, su programa de estudio?

En sus visitas al país, el maestro Maeda hizo esencialmente muestra de su judo en demostraciones y combates que se registran por encima de 400 según algunos historiadores, si se cuentan los desafíos callejeros. O sea, de esta manera dio a conocer su arte y habilidades como luchador (judo, sumo, etc) al mismo tiempo que cumplía el objetivo de Kano de popularizar el arte en occidente; un mérito indudable y que merece respeto pero ¿es esto dejar un legado en una nación? ¿Es realmente introducir un arte? En mi opinión, no. Las formas del arte del judo jujutsu del sensei Maeda están muy lejos del jujutsu que se practica en nuestro país, una herencia legada por el sensei Shigetoshi Morita, exceptuando únicamente el arte del Daito-ryu Aiki Bujutsu que llega por otra via.

¿Saben cuántos practicantes existen en Cuba del jujutsu introducido por el sensei Shigetoshi Morita? Son alrededor de tres mil jujitsukas contando solamente los registrados en nuestras federaciones. ¿Saben cuántas escuelas existen en Cuba que, independientemente del estilo o forma que practiquen provienen de la base técnica y conocimientos prácticos legados por el sensei Morita a través de sus discípulos? Alrededor de sesenta y cinco dojos en todo el país, sin contar con grupos que entrenan sin haberse asociado.

Creo que esta información es concluyente. Los hechos son hechos y nuestra interpretación de ellos son opiniones. Que creamos algo, o queramos creer algo, no lo hace cierto. Esto diferencia la realidad de su interpretación, la verdad de su construcción ideal, el hecho de la anécdota.

No reconocer que el maestro Morita fue quien introdujo y desarrolló el arte del jujutsu en Cuba, es obra de ciegos y una falta inmensa de respeto a su legado, vivo en nosotros y transmisible para siempre desde sus métodos y su sistema de transmisión, diseñado para que perdurara. Sus discípulos más cercanos, fieles, agradecidos y leales, lo consideramos así. Pienso que no se puede jugar a hacer historia y mucho menos cambiarla a conveniencia o por ingenuidad. No conozco, entre los alumnos más viejos del Sensei, a ninguno que afirme que el Maestro enseñaba judo jujutsu, judo defensa u otra manera de nombrar el arte, pues siempre dijo que transmitía el arte del jujutsu. A su dojo todos llegamos para aprender jujutsu y de esta manera se conocía su escuela en el municipio de Marianao.

El sensei Morita dominaba el judo, lo conoció, practicó e impartió antes de 1959 y después en instituciones del Estado, pero esto no quiere decir que se limitara a los principios de este arte. En lo particular amo el judo como forma deportiva, sus técnicas, su filosofía, su manera de expresarse como arte y ciencia, como lo calificó Andrés Kolychkine, el Gran Maestro con una obra comprobable que lo hace el padre de este arte en Cuba. En el judo aprendí y me eduqué como hombre y artista marcial, y aunque no fui un campeón ni gran competidor, lo estudié profundamente; tuve la experiencia y gran satisfacción de conocer al maestro Kolychkine y participar en varios de sus seminarios, sobre todo de lo que llamaba judo-suelo. Mis respetos eternos a su memoria y reconocimiento a su legado y al haber desarrollado, organizado y llevado el aprendizaje general de este arte a lo largo de nuestra nación.

El judo y el jujutsu son diferentes en su manera de expresarse como formas de defensa. No en vano el Gran Maestro y educador Jigoro Kano, practicante de Tenjin Shinyo-ryu bajo la tutela de Hachinosuke Fukuda y merecedor de una licencia de "transmisión total" (Menkyo Kaiden) de Kito-ryu por su maestro Likubo Tsunetochi a la muerte de su primer maestro, logró a través de sus conocimientos, crear un nuevo arte adaptable al sistema educacional japonés, del que fueron eliminadas aquellas técnicas que producen daños para la vida, como: paraplegia, fracturas, partiduras, fisuras, asfixia y la muerte. Estas limitaciones, a su juicio, eran necesarias pues estas eran técnicas que venían de las escuelas antiguas (Koryu) de jujutsu, preparadas para el combate a muerte, no para competir.

La filosofía del arte del jujutsu era de guerra (Buguei) y la filosofía del judo es Budo. Con el decursar del tiempo, el desarrollo y entendimiento de la necesidad de la paz y bienestar del ser humano, las artes antiguas adquirieron la filosofía del Budo No Buguei, pero sólo como desarrollo espiritual, como la preparación de un hombre nuevo, sin renunciar al conocimiento antiguo.

Las enseñanzas del maestro Shigetoshi Morita eran transmitidas desde su conocimiento de las escuelas antiguas de jujutsu. Basta con mirar las maneras de emplear sus técnicas y las diferentes formas de trabajo para saber y entender su carácter ancestral. Su estudio de los atemis, sus proyecciones comprometidas con golpes y luxaciones, sus estrangulaciones, sus ataques y defensas a todas las partes del cuerpo, el trabajo con armas antiguas: tambo, joto, cuerda, tanto, jo, etc; el trabajo shinken (arma viva); las diferentes formas de trabajo de pie, de rodillas y en el suelo con un ne waza totalmente diferente al del judo, donde se emplean atemis, kyusho, ataque a dedos, ojos y las articulaciones de los pies y la espalda; todo esto está completamente prohibido en el Gokyo No Waza del judo. El judo defensa no es más que la aplicación de las técnicas de judo a la Defensa Personal y lógicamente tiene técnicas aisladas de luxación, golpes y defensas contra armas, pero esto viene de su padre en las artes marciales, el jujutsu. Esencialmente están recogidas por su estudio en Katas, por ejemplo: Goshin Jutsu y Kochiiki No Kata o Kata Antigua, entre otras.

Para concluir, y con el mayor de los respetos, debo afirmar en mi deber como alumno directo del sensei Shigetoshi Morita (padre indiscutible del jujutsu en Cuba) que el Maestro se refirió siempre a su arte como jujutsu, a su forma de utilizar las proyecciones las llamó Judo Negro, Judo Completo o Yawara justamente para aclarar que no se trataba de judo; su forma y estilo, a los que nunca dio un nombre, sólo jujutsu, están basadas en las más legítimas enseñanzas de las escuelas antiguas, mencionadas por él en numerosas ocasiones.

Cuento lo que viví y aprendí directamente de él, sin cambiar nada y mucho menos aportar datos sin sostén a una historia que aún es un mito, porque del Sensei queda mucho por conocer, especialmente de su pasado; porque la exposición de estas experiencias es mi manera agradecida de defender y mantener su Legado. Circulan muchas fábulas, cuentos, leyendas e historietas sobre el Maestro, el total de las cuáles no aparece respaldado por documento alguno, solo opiniones y fantasías inspiradas, pero la verdadera historia de nuestro Sensei no está escrita aún. El mayor reto que tenemos sus discípulos es investigar seriamente su historia pero, sea cual sea, será el legado para los que estuvimos con él, a quienes nos dio la oportunidad de ser sus Uchi-deshi (discípulo que vive en casa del Maestro) y el privilegio de haber aprendido directamente de su ejemplo, conocimiento y principios. Nadie de afuera, nadie, tiene derecho a pretender establecer nada sobre lo que no vivió ni conoció, expuesto como experiencia personal. Menos aún tenemos, quienes estuvimos ahí, el derecho de recontar una historia establecida a través de nuestra propia transmisión del Legado. Estimo, creo y así lo defenderé siempre que el judo y jujutsu aprendidos en nuestro país, organizados y desarrollados, nada tienen que ver con el respetado maestro Mitsuyo Maeda. Fue, es y será el maestro Andrés Kolychkine Thompson el Padre del Judo Cubano como lo conocemos. Fue, es y será por siempre el sensei Shigetoshi Morita el Padre del Jujutsu en Cuba.

¡Honor a quien honor merece!

30/08/2022

Interrogantes: De vuelta a la Historia

El Gran Maestro Mitsuyo Maeda fue un excelente artista marcial y promotor del Judo Kodokan. Su desempeño como luchador profesional bajo el nombre de "El conde Koma" le trajo una merecida reputación en los Estados Unidos a donde viajó a solicitud de la "Academia Naval de EE.UU" para continuar la enseñanza del judo introducida por Yamash*ta Yosh*tsugu. Maeda hizo demostraciones de su arte y combatió profesionalmente en Estados Unidos, México, Cuba, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Argentina y Chile antes de radicarse definitivamente en Brasil. Su legado establecido es la introducción del judo ne waza de la escuela kosen en Brasil a través de los hermanos Gracie, por lo que merecidamente se le considera como el padre del jujitsu brasileño (BJJ).

Esta es la historia conocida y aceptada por historiadores de las artes marciales, y es en este periplo -en el cuál no fundó escuela- que visita La Habana en varias ocasiones haciendo demostraciones y aceptando enfrentamientos mixtos (contra luchadores, boxeadores, etc) desde 1908 hasta 1915, cuando viaja a Brasil donde se radica definitivamente en 1917 en la ciudad de Belén y abre su primera academia.

Según la biografía de Nori Bunasawa y John Murray, El hombre más duro que jamás vivió, en 1912 Maeda viaja a La Habana junto a Soichiro Satake, Akitaro Ono y Tokoguro Ito y realiza demostraciones y enfrentamientos en el Centro Asturiano y el Teatro Payret como parte del espectáculo del Circo Pubillones. Gracias a los resultados de estos eventos, casi todos ganados por los japoneses, los cuatro artistas marciales fueron conocidos como "Los cuatro reyes de Cuba" y sus enfrentamientos ayudaron a popularizar el Judo Kodokan, razón por la cuál le fue otorgado el 5to dan al sensei Maeda por el Instituto Kodokan en 1912 a pesar de que algunos criticaban sus combates (las peleas por dinero) no autorizados por Kano.

Efectivamente, podemos afirmar entonces que es con Maeda como se populariza el arte en los circuitos de la lucha profesional a principios de siglo en Cuba pero no es hasta la llegada del judoka soviético-belga Andrés Kolychkine Thompson en 1951 que se introduce oficialmente el judo de forma organizada y sistemática a nivel nacional, con la implementación del programa oficial de la Federación Internacional de Judo, la asesoría de maestros europeos y japoneses, la realización de evaluaciones y competencias y la fundación de la Federación Cubana de Judo y Jujitsu "Club Habana".

Había judo en Cuba a la llegada de Kolychkine, había jujitsu (ya se encontraba en el país nuestro sensei y padre del jujitsu cubano Shigetoshi Morita desde 1948), había kárate, existía la Asociación Nacional de Judo de Cuba, existía la Judanshankai y por haber, Carlos Bau registra hasta la presencia de Miichiro Shimazu, un samurai radicado en la Isla de la Juventud que murió a la edad de 109 años en el 1916. Todos estos hombres y asociaciones tienen el inmenso mérito de haber traído, mostrado y cultivado su cultura pero un Legado es la institución de un sistema de transmisión, un cuerpo que sistematiza el conocimiento; lo generaliza, lo controla y lo asesora.



Dos verbos, un sustantivo y muchas preguntas

Introducir: Hacer adoptar, poner en uso.

Fundar: Instituir, instaurar, erigir, organizar, fundamentar, alzar, construir.

Legado: Lo que se deja o transmite.

¿Dónde está el legado de Mitsuyo Maeda en Cuba? ¿Dónde están sus escuelas, sus discípulos, su programa de estudio?

En sus visitas al país, el maestro Maeda hizo esencialmente muestra de su judo en demostraciones y combates que se registran por encima de 400 según algunos historiadores, si se cuentan los desafíos callejeros. O sea, de esta manera dio a conocer su arte y habilidades como luchador (judo, sumo, etc) al mismo tiempo que cumplía el objetivo de Kano de popularizar el arte en occidente; un mérito indudable y que merece respeto pero ¿es esto dejar un legado en una nación? ¿Es realmente introducir un arte? En mi opinión, no. Las formas del arte del judo jujutsu del sensei Maeda están muy lejos del jujutsu que se practica en nuestro país, una herencia legada por el sensei Shigetoshi Morita, exceptuando únicamente el arte del Daito-ryu Aiki Bujutsu que llega por otra via.

¿Saben cuántos practicantes existen en Cuba del jujutsu introducido por el sensei Shigetoshi Morita? Son alrededor de tres mil jujitsukas contando solamente los registrados en nuestras federaciones. ¿Saben cuántas escuelas existen en Cuba que, independientemente del estilo o forma que practiquen provienen de la base técnica y conocimientos prácticos legados por el sensei Morita a través de sus discípulos? Alrededor de sesenta y cinco dojos en todo el país, sin contar con grupos que entrenan sin haberse asociado.

Creo que esta información es concluyente. Los hechos son hechos y nuestra interpretación de ellos son opiniones. Que creamos algo, o queramos creer algo, no lo hace cierto. Esto diferencia la realidad de su interpretación, la verdad de su construcción ideal, el hecho de la anécdota.

No reconocer que el maestro Morita fue quien introdujo y desarrolló el arte del jujutsu en Cuba, es obra de ciegos y una falta inmensa de respeto a su legado, vivo en nosotros y transmisible para siempre desde sus métodos y su sistema de transmisión, diseñado para que perdurara. Sus discípulos más cercanos, fieles, agradecidos y leales, lo consideramos así. Pienso que no se puede jugar a hacer historia y mucho menos cambiarla a conveniencia o por ingenuidad. No conozco, entre los alumnos más viejos del Sensei, a ninguno que afirme que el Maestro enseñaba judo jujutsu, judo defensa u otra manera de nombrar el arte, pues siempre dijo que transmitía el arte del jujutsu. A su dojo todos llegamos para aprender jujutsu y de esta manera se conocía su escuela en el municipio de Marianao.

El sensei Morita dominaba el judo, lo conoció, practicó e impartió antes de 1959 y después en instituciones del Estado, pero esto no quiere decir que se limitara a los principios de este arte. En lo particular amo el judo como forma deportiva, sus técnicas, su filosofía, su manera de expresarse como arte y ciencia, como lo calificó Andrés Kolychkine, el Gran Maestro con una obra comprobable que lo hace el padre de este arte en Cuba. En el judo aprendí y me eduqué como hombre y artista marcial, y aunque no fui un campeón ni gran competidor, lo estudié profundamente; tuve la experiencia y gran satisfacción de conocer al maestro Kolychkine y participar en varios de sus seminarios, sobre todo de lo que llamaba judo-suelo. Mis respetos eternos a su memoria y reconocimiento a su legado y al haber desarrollado, organizado y llevado el aprendizaje general de este arte a lo largo de nuestra nación.

El judo y el jujutsu son diferentes en su manera de expresarse como formas de defensa. No en vano el Gran Maestro y educador Jigoro Kano, practicante de Tenjin Shinyo-ryu bajo la tutela de Hachinosuke Fukuda y merecedor de una licencia de "transmisión total" (Menkyo Kaiden) de Kito-ryu por su maestro Likubo Tsunetochi a la muerte de su primer maestro, logró a través de sus conocimientos, crear un nuevo arte adaptable al sistema educacional japonés, del que fueron eliminadas aquellas técnicas que producen daños para la vida, como: paraplegia, fracturas, partiduras, fisuras, asfixia y la muerte. Estas limitaciones, a su juicio, eran necesarias pues estas eran técnicas que venían de las escuelas antiguas (Koryu) de jujutsu, preparadas para el combate a muerte, no para competir.

La filosofía del arte del jujutsu era de guerra (Buguei) y la filosofía del judo es Budo. Con el decursar del tiempo, el desarrollo y entendimiento de la necesidad de la paz y bienestar del ser humano, las artes antiguas adquirieron la filosofía del Budo No Buguei, pero sólo como desarrollo espiritual, como la preparación de un hombre nuevo, sin renunciar al conocimiento antiguo.

Las enseñanzas del maestro Shigetoshi Morita eran transmitidas desde su conocimiento de las escuelas antiguas de jujutsu. Basta con mirar las maneras de emplear sus técnicas y las diferentes formas de trabajo para saber y entender su carácter ancestral. Su estudio de los atemis, sus proyecciones comprometidas con golpes y luxaciones, sus estrangulaciones, sus ataques y defensas a todas las partes del cuerpo, el trabajo con armas antiguas: tambo, joto, cuerda, tanto, jo, etc; el trabajo shinken (arma viva); las diferentes formas de trabajo de pie, de rodillas y en el suelo con un ne waza totalmente diferente al del judo, donde se emplean atemis, kyusho, ataque a dedos, ojos y las articulaciones de los pies y la espalda; todo esto está completamente prohibido en el Gokyo No Waza del judo. El judo defensa no es más que la aplicación de las técnicas de judo a la Defensa Personal y lógicamente tiene técnicas aisladas de luxación, golpes y defensas contra armas, pero esto viene de su padre en las artes marciales, el jujutsu. Esencialmente están recogidas por su estudio en Katas, por ejemplo: Goshin Jutsu y Kochiiki No Kata o Kata Antigua, entre otras.

Para concluir, y con el mayor de los respetos, debo afirmar en mi deber como alumno directo del sensei Shigetoshi Morita (padre indiscutible del jujutsu en Cuba) que el Maestro se refirió siempre a su arte como jujutsu, a su forma de utilizar las proyecciones las llamó Judo Negro, Judo Completo o Yawara justamente para aclarar que no se trataba de judo; su forma y estilo, a los que nunca dio un nombre, sólo jujutsu, están basadas en las más legítimas enseñanzas de las escuelas antiguas, mencionadas por él en numerosas ocasiones.

Cuento lo que viví y aprendí directamente de él, sin cambiar nada y mucho menos aportar datos sin sostén a una historia que aún es un mito, porque del Sensei queda mucho por conocer, especialmente de su pasado; porque la exposición de estas experiencias es mi manera agradecida de defender y mantener su Legado. Circulan muchas fábulas, cuentos, leyendas e historietas sobre el Maestro, el total de las cuáles no aparece respaldado por documento alguno, solo opiniones y fantasías inspiradas, pero la verdadera historia de nuestro Sensei no está escrita aún. El mayor reto que tenemos sus discípulos es investigar seriamente su historia pero, sea cual sea, será el legado para los que estuvimos con él, a quienes nos dio la oportunidad de ser sus Uchi-deshi (discípulo que vive en casa del Maestro) y el privilegio de haber aprendido directamente de su ejemplo, conocimiento y principios. Nadie de afuera, nadie, tiene derecho a pretender establecer nada sobre lo que no vivió ni conoció, expuesto como experiencia personal. Menos aún tenemos, quienes estuvimos ahí, el derecho de recontar una historia establecida a través de nuestra propia transmisión del Legado. Estimo, creo y así lo defenderé siempre que el judo y jujutsu aprendidos en nuestro país, organizados y desarrollados, nada tienen que ver con el respetado maestro Mitsuyo Maeda. Fue, es y será el maestro Andrés Kolychkine Thompson el Padre del Judo Cubano como lo conocemos. Fue, es y será por siempre el sensei Shigetoshi Morita el Padre del Jujutsu en Cuba.

¡Honor a quien honor merece!

Sensei Benito Guerra

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